Hacia 1988, la popularidad de Black Sabbath estaba bajo mínimos, pues su último álbum de estudio, The Eternal Idol, había sido un fracaso comercial y su relación con las discográficas Warner Bros. y Vertigo había llegado a su fin. Tras el lanzamiento del disco, la banda volvió a sufrir alteraciones en su formación, que quedó reducida al teclistaGeoff Nicholls, al vocalistaTony Martin y al guitarrista y miembro fundador Tony Iommi, además los constantes cambios de músicos propiciaron las burlas de la prensa y en abril, la revista Kerrang! bromeó con que Tom Jones sería el nuevo cantante del grupo. Para el puesto de batería, Iommi contrató a Cozy Powell, con el que había tratado de trabajar en el pasado y que había formado parte de Rainbow y Whitesnake, además el bajista original Geezer Butler mostró interés por su regreso, aunque finalmente no sucedió.